lunes, junio 25, 2007

EL NOMBRE DE UNA- EL NOMBRE PROPIO 1

me debo a la causa política que me ha dado la posibilidad de dejar de ser mujer aunque a veces no sé si lo logre

Mi nombre

contiene

mi aniquilamiento

Me he

violado esta mañana


me debo a la causa política que me ha dado la posibilidad de dejar horadarme por la luz y entender que la carne mía no es para ser una desollada sino una encarnada en mi turgencia

Mi nombre

contiene

mi aniquilamiento

Me he

desbordado esta mañana


me debo a la causa política que me ha hecho enrrostrame a la pulsión de muerte el miedo que nombra mi deseo

Mi nombre

contiene

mi aniquilamiento

Me he

marcado esta mañana


me debo…
la deuda
Me bebo la causa

La Curá de Espanto
Y escuché.
Y mi lengua
se tiñó
de espanto.
Y mi lengua
se alteró.
Y mi lengua
tiñó
mi carne.

viernes, junio 08, 2007

EL RECETARIO DEL ESPANTO 4: La senda…

de rumbos insospechados.

Si es mujer se resistirá a la senda o se avergonzará de estar en ella ya que, para trabarla, su sentido se ha confundido con una multitud de ejercicios patriarcales. Por ahí una se atrevió a hablarme de la senda peuca igual me agradó la idea: No estaba muerta (casi), andaba de parranda… Ah! trampa. Peuca: una de las tantas palabras que se usan para referirse a la “mujer”- ¿Más palabras querís? Aquí tenís po’: madre puta maraca esposa loca amante monja calentona linda santa amorosa gordita perrita perrona perra perraculía hueonaculía hijadeperra conchadetumadre conchúa y una serie irrepetible pero pronunciable de gestos.

El procedimiento que aquí intento compartir con usted nada tiene que ver con esa senda peuca, ni con las sendas peucas que buscan, y encuentran, su lugar como mujeres al lado de un hombre… o de otra mujer – lo mismo, pero de otro modo, les pasa a los hombres. Al lado de cualquiera pues, que les recuerde con insolencia, descaro y violencia en la superficie de la piel misma su permanente dependencia: “la mecánica del vasallaje amoroso exige una futilidad sin fondo”.

Aclaración 1: Para curarse el espanto es que ha de entrar en la senda de rumbos insospechados.
Este no es un concurso de quién culea más y mejor, ni de quién sabe más sobre el amor, o de quién no deja mono parao’… ¡¡¡Déjate uno, déjate uno!!!!
Esto tampoco es una competencia para ser la mujer más mujer que, en su hipertrofia, deja de ser mujer –no po’ na que ver esa cuestión, envidia grosera, pura grosería.
No es un ejercicio ni de acumulación ni de deuda libidinal.
Es un ejercicio a velocidades diferentes sobre el deseo, el calor, los fluidos y la expansión cuántica del cuerpo.
Verá usted, esta senda de rumbos insospechados es simplemente una estrategia para dejar de ser mujer Ríete, ríete no más, puro querís hacer esta hueá.

Aclaración 2: La senda, un pasadizo con muchas vías y sin retorno – no hay vuelta atrás en un lugar donde el espacio que conocimos no tiene ya sentido alguno. Con los cuentos de esta senda cerca, cerquita de tu boca y de tu lengua al fin podrás entender que el término del amor te hará vibrar. Yo te los puedo contar, te va a gustar mi bondad.
El tiempo se ha trizado en este camino. Siempre es ahora en este pasaje, por eso tiene que dejar de ser mujer para vivir en él - en la senda no hay vergüenzas, no hay culpas, no hay egoismos.
Los fragmentos de lo amoroso
se han borrado, no son necesarios.
El drama del amor: la inmovilidad,
es aquí imposible.
El calor hace que nos movamos
constante y amistosamente.
Nadie ha de usar a nadie
para suplir su falta.

Para no sentir miedo al encaminarse por donde no hay rumbo, déjese, déjese envolver por el vaho tibio de El Recetario del Espanto.

La Curá de Espanto
Me salió una cola y
mi cuerpo se transformó en mi lengua,
mi lengua se transformó en mi cuerpo.
Mi cuerpo mi lengua.
Mi carne
ahí
siempre
de nuevo:
La carne es lo único que me queda, me he detenido en ella.