sábado, diciembre 01, 2007

EL NOMBRE DE UNA-EL NOMBRE PROPIO 5

A veces…
a veces
escucho

que alguien GRITA

GRITA


MI NOMBRE



se siente venir ese nombre
lejos
desde la calle

cerca
en mi oreja,
rozando mi carne
(la calentura de mi nombre que no me deja)


bocas
labios
lenguas
en el gesto de articular mi nombre,
para llamarme
es
que respiran
el intento
inútil
por detener la superficie.
Eso,
no fija la carne,
quienes lo saben
jadean
en mi nombre,
se cagan en mi nombre,
y en los suyos…
en los propios.
Me gusta
entonces
sobarme
entre
nuestros nombres



estoy aquí para escuchar
lo que tenga que decirme
su acoso insistente

este nombre que me recorre
es el cuerpo
que ha modelado mi carne

Quiere salir el nombre.
Sale
y
junto con él se despeña
la palabra
que me aplasta
y
junto con él se dispara
la palabra
que me atraviesa
de dentro hacia fuera
...
Mi carne se va tornando carne

La Curá de Espanto
Pronto… ya no tendré nombre

jueves, noviembre 22, 2007

viernes, octubre 26, 2007

El NOMBRE DE UNA- EL NOMBRE PROPIO 4

El presente, el presente, el presente


Nací con la vergüenza incrustada en mi nombre.
Mi papi que pone los nombres haciendo la fila del registro civil; estaba ahí con un amigo que le decía: “oye conchetumare cómo le vai a poner ese nombre a la cabra chica, si ese nombre es nombre de maraca”, avergonzado y celoso del placer de mi cuerpo me señaló con otro nombre, más decente, menos libidinoso, un embudo con el hoyo chico por donde habría de pasar el placer de la mujercita…

tu rostro no sostiene el placer de mi cuerpo /
papi…
mi nombre
ya no es el tuyo…


Me paré en dos patas, con ese vestido ridículo de día domingo, hablé fuerte, golpié la mesa con mi mano de siete centímetros, les dejé clarito que no me llamaran de ese modo y porfiada cambié mi nombre todas las semanas. Hicieron como que me respetaban. Apenas pude arribar a la letra del fonema, mis propios nombres buscaban ubicaciones posibles, filiaciones inventadas, y también hice un nombre para mi sola, porque aborrezco a la familia… el incesto de su endogamia, ese tate’ quieta!: incómoda en los límites de sus nombres…. (en la familia se transmite el credo de los patrones)



(Ese nombre… la silueta de un elegante aroma gestual)
Había un nombre que yo quería. A veces me lo puse…
Insiste ese nombre.
¿Porqué a mi no me habían llamado de esa manera?, un nombre que sonaba tan bonito, distante, etéreo, ese nombre de viento y materia.

Ese nombre que me gusta
Ese nombre con el que tropecé en una rubia filiación…
es el nombre en que me vengo precipitando hace un tiempo
me acabo de caer de hocico en él
en la voz de ella.

Ese nombre que me gusta
Denuncia mi vergüenza
Un silencioso intento
Por abandonar mi nombre

La vergüenza
esa sombra propia
la sombra de este nombre que me gusta.


Me interno con las que tienen el nombre que me gusta. Me encuentro con ellas.


Bajé al subterráneo con la otra que tiene ese nombre, la que lleva ese nombre. Hay una voz: morena, alta, sin maquillaje. Pómulos firmes, profunda, grande, generosa… mucho por donde meterse. Chaleca de lana, pantalones a medio culo, bototos de hace tres años. La voz era un bajo de cinco cuerdas, y un tránsito amplio por los cuerpos, había sabido de otra forma los enigmas de mi nombre. Mi deseo.

Ella; una cadencia atravesada por su gesto.
Y de pronto su nombre,
su nombre que tiene el nombre que me gusta.
Atractiva…muy atractiva…
Hay muchas con ese nombre
sus cuerpos son fragmentos
de la composición musical del mío

El peso de ese nombre dice
Habla de estar sola de género…
Sola de la imposición del otro
Esa que persigue
y escribe el nombre de una,
el nombre propio.



Vengo de un lugar donde el cáncer, la mierda y la mugre, se han colado en mi
nombre,
y el pálpito de la sangre, el sexo y la música se toma mi carne para bailar su
canción.
Vengo del sueño de Chile.
Vengo del lugar de la vergüenza.


Hacer lo que da vergüenza:

Decepciono a la ley de los patriarcas
(El nombre
no acompaña al presente)
Te traiciono padre
No quiero tu nombre

Desafiliada

Soy una incógnita:

Voy rápido
y puedo moverme como quiera

No hay nombre
(Aún cuando es)
El nombre se diluye
en infinitamente lo otro

mi nombre ya no es el mío
mi nombre ya no es mío
se ha descocido de mi cuerpo

Me rebelo a los padres de la patria
me libero de ser su vergüenza
lo inconsciente de Chile


La Curá de Espanto
El padre es un sueño
Yo… soy lo real

domingo, agosto 19, 2007

EL NOMBRE DE UNA- EL NOMBRE PROPIO 3

Me entregaba con delirio a jugar con mi nombre. Daba vuelta mi nombre de atrás para adelante (cuando aprendí a escribir fue más fácil, podía dibujar las letras en cualquier parte). Lo partía en dos y combinaba las sílabas de cada mitad… y de nuevo de atrás para adelante… y de nuevo… y otra vez, la última,
la última,
la última,

no, no me canso… una más: ya no las sílabas, sino las combinaciones posibles de cada letra.


Mi nombre contiene muchas posiciones

Mi lengua se arquea para representar
movimientos
anudados

Mi cuerpo
chilla


Nuevos nombres que siempre salían de la astucia de aquel nombre que me llamaba al ejercicio imposible de jugar con él y conmigo. Y un día, una partida nueva: nombres jactanciosos como el mío, un nombre de reina, de santa, de princesa. Ahí orgullosa, en mi lengua, la mentira del cuerpo y, de inmediato, el impacto de descubrir otro nombre que me ladraba furioso: mi nombre aquel, ávido por enamorarme.

Una incógnita: x
Una ecuación elemental de primer grado
Una clave
a la pregunta por el nombre,
el mío.
Un juego absurdo
la equivalencia
X=0
Equis igual a cero.
Una explicación
fulminante.

Mi nombre.
Anhelante.
Ahí,
ya antes de que
atravesara
a mi
madre.

Mi nombre.
Encarnándose en mí
antes de yo poder hablar la lengua de mi nombre.
Estaba ahí
esa cadena
de letras,
mi nombre.

LA CURÁ DE ESPANTO
Mi saliva
destilada
suena


jueves, julio 19, 2007

EL NOMBRE DE UNA- EL NOMBRE PROPIO 2

Se dice que la pablita tiene una vaginita
Por eso se llama pablita.

Se dice que la pablita al lado de su pene grande
tiene una vaginita chiquitita
ensartada en la ingle derecha
Por eso se llama pablita

Pablita es hombre y
el hombre no existe, la
Pablita sabe que la carne y el nombre
no se corresponden.
Se excluyen.

Por eso se llama pablita
no porque tenga una vaginita…
que la tiene;
ensartada en la ingle izquierda



Dejar de ser mujer,
no sé quién soy.
Dejar de ser mujer.
No sé… ¿quién soy?

He ido de visitas al dejar de ser mujer.
Una curvatura del tiempo
/suspendida en la vida/
tengo miedo…
(y tanto alivio)

Los nombres
culpables de mi cuerpo
se han ido…
condenados al exilio perpetuo

mi feminidad… desfallece


mi carne
no sabe cómo se llama.
Estoy ahí… antes del nombre.
Sorda de adentro.

Lo sin nombre,
mi carne
interpela a ser nombrada


La carne ha de ocupar un lugar
en la topología de las palabras
La carne está quieta /dispuesta al fonema/
que decidirá su destino.

Depositada en mi textura
- mi texto -
soy la que administra su palabra
acabronada en mis días
/aquíespacioahoratiempo/
exigua de disociaciones
..... una sola
soy yo la que dará los nombres:

La carne está atenta a su nueva muerte.
Un cuchillo carnicero
sacará pedazos sin sangre
extirpará los antiguos hematomas
hundido con firmeza
hará los cortes profundos,
necesarios
para los otros nombres.

La carne se va a llamar.
Así, mi nuevo cuerpo.


Desde el lugar donde me descubro -
me desvelo - desaparezco
Sorda en esta antesala
Aliviada.
Me deshago de la mujer.


La Curá de Espanto
yo manejo el cuchillo

lunes, junio 25, 2007

EL NOMBRE DE UNA- EL NOMBRE PROPIO 1

me debo a la causa política que me ha dado la posibilidad de dejar de ser mujer aunque a veces no sé si lo logre

Mi nombre

contiene

mi aniquilamiento

Me he

violado esta mañana


me debo a la causa política que me ha dado la posibilidad de dejar horadarme por la luz y entender que la carne mía no es para ser una desollada sino una encarnada en mi turgencia

Mi nombre

contiene

mi aniquilamiento

Me he

desbordado esta mañana


me debo a la causa política que me ha hecho enrrostrame a la pulsión de muerte el miedo que nombra mi deseo

Mi nombre

contiene

mi aniquilamiento

Me he

marcado esta mañana


me debo…
la deuda
Me bebo la causa

La Curá de Espanto
Y escuché.
Y mi lengua
se tiñó
de espanto.
Y mi lengua
se alteró.
Y mi lengua
tiñó
mi carne.

viernes, junio 08, 2007

EL RECETARIO DEL ESPANTO 4: La senda…

de rumbos insospechados.

Si es mujer se resistirá a la senda o se avergonzará de estar en ella ya que, para trabarla, su sentido se ha confundido con una multitud de ejercicios patriarcales. Por ahí una se atrevió a hablarme de la senda peuca igual me agradó la idea: No estaba muerta (casi), andaba de parranda… Ah! trampa. Peuca: una de las tantas palabras que se usan para referirse a la “mujer”- ¿Más palabras querís? Aquí tenís po’: madre puta maraca esposa loca amante monja calentona linda santa amorosa gordita perrita perrona perra perraculía hueonaculía hijadeperra conchadetumadre conchúa y una serie irrepetible pero pronunciable de gestos.

El procedimiento que aquí intento compartir con usted nada tiene que ver con esa senda peuca, ni con las sendas peucas que buscan, y encuentran, su lugar como mujeres al lado de un hombre… o de otra mujer – lo mismo, pero de otro modo, les pasa a los hombres. Al lado de cualquiera pues, que les recuerde con insolencia, descaro y violencia en la superficie de la piel misma su permanente dependencia: “la mecánica del vasallaje amoroso exige una futilidad sin fondo”.

Aclaración 1: Para curarse el espanto es que ha de entrar en la senda de rumbos insospechados.
Este no es un concurso de quién culea más y mejor, ni de quién sabe más sobre el amor, o de quién no deja mono parao’… ¡¡¡Déjate uno, déjate uno!!!!
Esto tampoco es una competencia para ser la mujer más mujer que, en su hipertrofia, deja de ser mujer –no po’ na que ver esa cuestión, envidia grosera, pura grosería.
No es un ejercicio ni de acumulación ni de deuda libidinal.
Es un ejercicio a velocidades diferentes sobre el deseo, el calor, los fluidos y la expansión cuántica del cuerpo.
Verá usted, esta senda de rumbos insospechados es simplemente una estrategia para dejar de ser mujer Ríete, ríete no más, puro querís hacer esta hueá.

Aclaración 2: La senda, un pasadizo con muchas vías y sin retorno – no hay vuelta atrás en un lugar donde el espacio que conocimos no tiene ya sentido alguno. Con los cuentos de esta senda cerca, cerquita de tu boca y de tu lengua al fin podrás entender que el término del amor te hará vibrar. Yo te los puedo contar, te va a gustar mi bondad.
El tiempo se ha trizado en este camino. Siempre es ahora en este pasaje, por eso tiene que dejar de ser mujer para vivir en él - en la senda no hay vergüenzas, no hay culpas, no hay egoismos.
Los fragmentos de lo amoroso
se han borrado, no son necesarios.
El drama del amor: la inmovilidad,
es aquí imposible.
El calor hace que nos movamos
constante y amistosamente.
Nadie ha de usar a nadie
para suplir su falta.

Para no sentir miedo al encaminarse por donde no hay rumbo, déjese, déjese envolver por el vaho tibio de El Recetario del Espanto.

La Curá de Espanto
Me salió una cola y
mi cuerpo se transformó en mi lengua,
mi lengua se transformó en mi cuerpo.
Mi cuerpo mi lengua.
Mi carne
ahí
siempre
de nuevo:
La carne es lo único que me queda, me he detenido en ella.

jueves, marzo 15, 2007

CRÓNICA 7: Lugares comunes... 2, continuación

Segundo lugar común:

En un baño de mujeres de una fiesta que celebra a “mujeres que aman a otras mujeres”, los celos femeninos se presentan orgullosos, erectos y húmedos:

Escena 1
Mujer joven encolerizada: “¿Creís que soy hueona?”.
(combo en el hocico a una mina cualquiera que se besa con la mina de la mina encolerizada por sus celos –es que la quiere tanto, que le pega. Hay que respetar la institución del pololeo, del noviazgo, de la pareja pues!).

Escena 2
La encolerizada: “¡Ya!, nos vamos pa’ la casa” .
( la mina “besada”, que es la mina de la mina encolerizada, después de una merecida patada sigue a su ama, que ama, fuera del baño. Muda, mudita, callaita, no diga na’ mija linda no le conviene, si ya se sabe el libreto. Repítelo, repítelo… por amor, por posesión).

Escena 3
La encolerizada: “¡¿Te gusta esta hueá?! ¡¿Te gusta esta hueá?!".
( la mina encolerizada, de nuevo. Ahora esparce su terror en alguna parte de la fiesta mientras increpa a “su” mina, “su” pareja, amiga y amante “su” lugar, fantástico, en el mundo. Visibiliza, así, qué es ser mujer).

Escena 4
La encolerizada: “¡Defiéndela ahora po’! ¡Defiéndela!”.
( la mina encolerizada, de nuevo. Ahora ejecuta una encerrona magistral a una mina cualquiera que quiere salir cuanto antes del lugar. La misma mina cualquiera que se besaba con su mina –que, entre nos, la joteó, la joteó, la joteó… y de cansada, y caliente también, la mina cualquiera cedió -No, si no le ha bastado la experiencia con los pastelitos… Ahora va y atina con la mina más lacha y celada del local. Se lo buscó pues mijita, qué quiere que le diga).

Escena 5
La mina cualquiera logra evadir la vigilancia de la mina encolerizada y se va de la fiesta un tanto asustada, aunque recuerda que conoce casos similares de violencia amorosa entre mujeres. Y de pronto, todo se revela: ha terminado por ver todos los despliegues del patriarcado, incluso aquel, el más sofisticado por intocable: el Amor= dispositivo patriarcal. Patriarcado= dispositivo amoroso.

Dentro del local la fiesta continúa sin problemas, la mina besada le baila a su mina celosa para olvidar el mal rato -ay, que se me pone celosita, preciosa si te quiero a ti no más, tontita… Nunca más, nunca más. Promesa-, después de todo la culpa fue suya por calentona.
Y así, pueden seguir amándose tranquilas por los siglos de los siglos amén amen amen amen amen amen amen amen amen amen amen amen amen amen amen amen amen amen amen
amen amen amen amen amen amen amen amen amen amen amen amen amen amen amen

Ahhhh ¡tanta intensidad!
¡Ja!
lugares comunes no más…

(continuará)

miércoles, marzo 07, 2007

CRÓNICA 6: Lugares comunes... 1.

Primer lugar común:

Tenso la mandíbula y mi lengua
se dispara
contra él, objeto de mi afecto.
Grito fulminante de un ataque de celos.
Mi ataque, mi dolor:

“¡Te acordái de mi!
¡Ah, ah, ah!
Oye, ¿¡te acordái de mí…!?
¿Te acordái de mí?
Sí po’, mírame, mírame,
¡sí po’, si viniste conmigo!
CON-MI-GO”

Agarro un pedazo de tu piel y lo estrujo entre mis dedos.
De esto, claro, yo recuerdo muy poco, casi nada…

“No era yo”, invento.

Perdóname ámame mírame háblame escúchame tócame pruébame
Perdóname ámame mírame háblame escúchame tócame pruébame
Perdóname ámame mírame háblame escúchame tócame pruébame
Perdóname ámame mírame háblame escúchame tócame pruébame


Cubro mi cara con mis manos y sollozo:
“Que vergüenza, que vergüenza.
Es mi culpa, es mi culpa”
De esto, claro, yo recuerdo muy poco, casi nada…
“No era yo”, invento.


Segundo lugar común:

En un baño de mujeres de una fiesta que celebra a “mujeres que aman a otras mujeres”, los celos femeninos se presentan orgullosos, erectos y húmedos.
(continuará...)

lunes, febrero 19, 2007

CRÓNICA 5: La micro, la lluvia

Cuando se ama, se conoce
La Curá de Espanto


La fotografía instantánea que está en mis manos, fue tomada por la cámara regalada por mi amiga; mi amiga y la cámara, la cámara y mi amiga, a veces se confunden. Me muestra esto.

Te fui a buscar, llovía. Estuve esa tarde mirando por la ventana, mirando hacia los cerros, melancólica, desastrada de tu ausencia. Te fui a buscar, no estabas. Corrí despavorida no estabas. Te encontré en la siguiente estación.

Te acerqué entre mis brazos, fuerte contra mi cuerpo. Nos subimos a la micro, de noche por San Joaquín. La micro iba llena, las carnes populares exhalan su propia explotación, la insidia de cada día. Asfixia de los vidrios empañados, sudor y lluvia se funden en la misma humedad en la frente. Los vahos olor a perros mojados.

En medio de esta consternación busco tu mano, urgente, el gentío aprisiona mi volumen, busco urgente tu mano. No te veo, la tomo, la encuentro, no te veo. Me tranquiliza, estoy contigo, tu mano me salva de la podredumbre, esta miseria mía.
El amor de nuestras manos: tengo que cerrar los ojos para contener su situación, me hundo en ella, humedece mis ojos, los cierro, voy a mi pecho, te amo.
Llegamos y te desvisto, estas cansada, tienes hambre, estás feliz. Seco tu cuerpo con el mío. Te cuento, te escucho, te miro, te beso, te bebo, me quedo, me acerco a ti. Estoy contigo, estoy contigo como en la micro, nuestras manos son el testimonio.

Viene a mí lo fatídico: Qué manos? no fue mi mano, fue otra...
Tomo silencio.
Me callo: ¿con quién estuve?, ¿a quién amé?, ¿qué es lo que amo?. Las preguntas ruidosas se presentan, no paran de decirse.
No te cuento, no quiero desarmar el amor.

He creado un lazo contigo.
Sus funciones son:
Ir por el aire dando vueltas, agarrarte por los sobacos cuando estas lejos: a - traerte hacia mí. Te arrastro por el suelo.
Con él te amarro al catre de la cama, quédate quieto que voy a meterte mi textura. Te hostigo.
Con mi lazo te fustigo cuando tus ojos se quitan de los míos, te sorprendo hacia otra parte… te culpo, mi amor es el fundamento.
El lazo tiene muchos metros, amarro tu cintura a un extremo, ahora puedes irte, en el otro extremo estoy yo
Lazo amoroso… no me abandones.

No me abandones. La fotografía insiste

Estoy esperando a que llegues. Me siento en la tarde a esperarte, no llegaste ayer y antes de ayer. Puede que llegues hoy a sacarme de aquí, estoy entre medio de estos extraños. No puedo irme sola. Los extraños me miran con su hostilidad a cuestas. Ven a buscarme, no quiero estar con ellos, sus días son iguales, no puedo dormir su siesta, es amarga su comida, no los conozco, no quiero estar con ellos. Requiero mi filiación. Ven a buscarme, no puedo irme sola, no tengo edad.
Uno a uno se suceden los buses, mi pequeño cuerpo se agita al ver abrir la puerta, desfallece cuando la que baja no eres tú.
Vuelvo, es tarde para mi edad.
Intento dormir en esa casa, con esos extraños.
Me afiebro, me recojo en la cama.
No acudo a los extraños.

Tomé tu mano,
creí conocerla.
No te conozco mi amor,
no importa,
es suficiente con creer que no eres un extraño
Amémonos entonces,
alimentemos nuestra ficción
Haz de quedarte conmigo para sentir tu cuerpo.
Dejaré así el mío, para ir al tuyo.
Tú me haces perder mi falta,
No quiero estar con ella.
Ella que soy yo.

¿Qué se ama cuando se ama?

Toma la micro… en invierno… con lluvia.
Mira hacia fuera, siéntate.
Termina el recorrido y devuélvete.
Anda y vuelve, viaja contigo.
Salte de ti misma, abandona tus lamentaciones.
Encuentra la vida de las cosas, y a la tuya en ellas.
Conoce.


La Curá de Espanto
Nadie se hará cargo de mi falta,
no quiero créditos.

viernes, febrero 02, 2007

EL RECETARIO DEL ESPANTO 3: Desatarse

Desenlazarse las manos.
Del lomo, desabrochar la montura.
Destruir el bozal y morderse a una misma.

Hay espanto en tantos sitios. Lugares amables, no se engañe que ni se dará cuenta cuando esté habitando, orgullosa, alguno. Así se entrampa a su cuerpo…

Mi cuerpo se dobla pensando en desgracias.
Mi cuerpo se desgarra pensando en el que se ama.
El que se ama no está ahí,
Lo que está ahí es el amor,
primer sitio del espanto.

E irá sintiendo cómo usted se afecta. Su vida de pronto se ve tan clara, no deja lugar a dudas, pero la pregunta siempre llega. Se inventará una respuesta que no responde a la pregunta, sino al miedo por la pregunta. Ese es el juego del espanto: un juego de incógnitas xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
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El deber de los afectos. La afección por la aprehensión: fatal. Hay quienes la celebran… Yo le digo querida amiga: fatal, simplemente fatal. Directo a la muerte, celebración del final. Un ejercicio inútil.

Hacerse el amor a una misma y comprender que el amor es una producción musical. Un invento que sale de otros inventos. Un artefacto, como tantos, con fecha para caducar.

Desenlazarse las manos.
Del lomo, desabrochar la montura.
Destruir el bozal y morderse a una misma.
Encarnación!
Encarnación!

En el intento de desear hacerse cosas antes impronunciables, déjeme que la acompañe con El Recetario del Espanto.

LA CURÁ DE ESPANTO
no ataré mi cuerpo